PIEL 

Toxina botulínica ¿es más que un relleno? 

Cuando ya no se tienen 20, sino 35-40 años, comienzan a aparecer las líneas de expresión y, en casos más notorios, las arrugas. Y eso se debe más al estilo de vida que al envejecimiento en sí. 

En consecuencia, son muchas las personas que, por no querer verse “viejos” antes de tiempo, recurren a distintos métodos para eliminarlas o, disimularlas. Uno de esos es la toxina botulínica, conocida popularmente como botox, nombre que le pertenece al Laboratorio Allergan. 

En realidad, la toxina botulínica es una neurotoxina producida por la bacteria Clostridium botulinum que actúa bloqueando la liberación de acetilcolina en la terminación colinérgica lo que conlleva a parálisis temporal del músculo y glándulas inervadas. 

Según la Dra. Fabiana Ortega, dermatólogo de la Unidad Médico Estético Láser UNIMEL, son muchas las jóvenes que no la requieren para quitarse las arrugas, porque evidentemente no lo necesitan, sino para arreglar pequeños desperfectos como consecuencia de daños solares, piel seca y una gesticulación pronunciada, que puedan empeorarse con el tiempo. 

Ella sostiene que aplicarlo en personas jóvenes no es perjudicial, el problema es la dosis y la frecuencia con la que se aplica, debido a que puede crear resistencia a la sustancia, por lo que no se obtendrán los resultados esperados. 

En cambio, señala la especialista, para las pacientes mayores de 35 años sí se puede recomendar la aplicación de la toxina botulínica y combinarlo con otros tratamientos como inyección de materiales de relleno, procedimientos con luz o láser y peelings químicos para aumentar la mejoría de la apariencia de la piel. 

En lo que si enfatizó la Dra Ortega es que la toxina botulínica no es un relleno, “la finalidad del tratamiento es suavizar las líneas de expresión producidas por la contracción muscular repetida en el tercio superior de la cara y cuello, proporcionando una apariencia más joven tanto en hombres como en mujeres, y la mejoría puede evidenciarse a los 2-3 días, con un máximo efecto a los 30 días de la aplicación”. 

Otro uso de la toxina botulínica en dermatología es la corrección de la hiperhidrosis (sudoración excesiva) en cara, manos, axilas y pies. La recomendación es repetir su aplicación cada 4 a 6 meses para lograr un mejor efecto a corto y largo plazo. 

Indicó que en Unimel, se realizó un estudio de investigación cuyo objetivo principal fue evaluar los conocimientos, actitudes y prácticas relacionados con la aplicación estética de toxina botulínica en la consulta dermatológica en sectores públicos y privados y los resultados fueron los siguientes: 

- La población femenina ha utilizado más la toxina botulínica que la población masculina. Incluso, las mujeres tienen más conocimientos acerca del tratamiento y muestran más interés que los hombres. 

- Son pocos los caballeros que actualmente han utilizado este procedimiento, pero son más los que estarían dispuestos a someterse a tratamientos estéticos que contemplen la toxina botulínica. 

- La población en general no tiene un conocimiento de calidad en torno al uso estético y médico de la toxina botulínica. 

- Falta de información acerca del tratamiento por parte de los pacientes en todos los niveles socioeconómicos. 

En ese sentido, la doctora indicó que la recomendación principal es acudir a una consulta previa con un especialista en dermatología o medicina estética, quién deberá elaborar un diagnóstico previo para evaluar si la persona, dependiendo de su edad, aplica para el tratamiento. 

Hay que recordar que esta sustancia es un producto médico y debe ser suministrado por doctores que estén al tanto de cómo se administra, en qué áreas y cuáles son las dosis. 

En Unimel, acotó, cuentan con un equipo de profesionales médicos y los mejores tratamientos para mantener el secreto de la eterna juventud. 

Si estás interesada, comunícate con la Unidad Médico Estética Láser, UNIMEL en su web: www.unimel.com.ve y en sus cuenta de Twitter: @unimelvenezuela e Instagram: @unimelve 

Fuente: Blue Marketing Solutions