La historia de un homenaje, Jeanne Lanvin
Siempre me han gustado los perfumes de la Casa Lanvin. Quizás, porque fueron fragancias que siempre usaron las mujeres de mi familia. El famoso Arpège, por ejemplo, creado en 1927 por la dueña de la marca, Jeanne Lavin, para dedicárselo a su hija, Margarite, como muestra del amor de una madre a sus hijos. Aún cuando es un aroma denso, se percibe lo fresco y cálido de su bouquet floral, a jazmín, rosa, ylang-ylang y lirios del valles calentado por especies y vainillas, lo que le da un carácter muy sensual y femenino. Esa rica esencia, que tanto distinguía a mi mamá y a mi tía Anita, pero que nunca usé por ser muy pequeña, fue lo que me motivó, muchos años después, a usar, Eclat d’Arpège, un perfume mucho más floral, frutal y amaderado, que me hacía sentir tan especial como mis seres queridos. Esta fragancia, creada en el año 2002, no sólo se inspira en el Arpège de 1927, sino que también representa un “lazo de amor”.
Para rendir homenaje a la fundadora de esta firma francesa, Lanvin Parfums presenta Jeanne, su nuevo perfume femenino. Es alegre, floral y delicioso, con chispeantes notas de frutas. Destacan entre estas, la mora, la frambuesa y la pera, realzada con un ramo floral de fresia blanca y peonía suave, sobre un fondo almizclado.
Creada por Anne Flipo y Albert Elbaz, modisto de la firma desde 2002, Jeanne, podría interpretarse como “el reencuentro de la fundadora con su director artístico con más talento”. El propio Elbaz añade:.. “es el homenaje a una mujer voluntariosa y llena de talento, que dejó una huella en el mundo de la moda; un aroma que transmite elegancia y ligereza. El frasco posee un diseño vintage de Lanvin, inspirado en la Alta Costura, muy próximo a mis creaciones. Le he añadido un toque de tul y una etiqueta en otomán, como la firma de mis colecciones”.
Jeanne encarna la nueva mujer Lanvin, una joven de mirada pícara y atrevimiento inimitable con un estilo de “Alicia en el país de las maravillas”. Es tan delicioso, que si tuviera una hija, de unos 20 años, ésta seria su fragancia ideal. Quizás así, se perpetúe esa cualidad de amor fraternal que a esta firma tanto le gusta imprimir a sus perfumes.
Siempre me han gustado los perfumes de la Casa Lanvin. Quizás, porque fueron fragancias que siempre usaron las mujeres de mi familia. El famoso Arpège, por ejemplo, creado en 1927 por la dueña de la marca, Jeanne Lavin, para dedicárselo a su hija, Margarite, como muestra del amor de una madre a sus hijos. Aún cuando es un aroma denso, se percibe lo fresco y cálido de su bouquet floral, a jazmín, rosa, ylang-ylang y lirios del valles calentado por especies y vainillas, lo que le da un carácter muy sensual y femenino. Esa rica esencia, que tanto distinguía a mi mamá y a mi tía Anita, pero que nunca usé por ser muy pequeña, fue lo que me motivó, muchos años después, a usar, Eclat d’Arpège, un perfume mucho más floral, frutal y amaderado, que me hacía sentir tan especial como mis seres queridos. Esta fragancia, creada en el año 2002, no sólo se inspira en el Arpège de 1927, sino que también representa un “lazo de amor”.
Para rendir homenaje a la fundadora de esta firma francesa, Lanvin Parfums presenta Jeanne, su nuevo perfume femenino. Es alegre, floral y delicioso, con chispeantes notas de frutas. Destacan entre estas, la mora, la frambuesa y la pera, realzada con un ramo floral de fresia blanca y peonía suave, sobre un fondo almizclado.
Creada por Anne Flipo y Albert Elbaz, modisto de la firma desde 2002, Jeanne, podría interpretarse como “el reencuentro de la fundadora con su director artístico con más talento”. El propio Elbaz añade:.. “es el homenaje a una mujer voluntariosa y llena de talento, que dejó una huella en el mundo de la moda; un aroma que transmite elegancia y ligereza. El frasco posee un diseño vintage de Lanvin, inspirado en la Alta Costura, muy próximo a mis creaciones. Le he añadido un toque de tul y una etiqueta en otomán, como la firma de mis colecciones”.
Jeanne encarna la nueva mujer Lanvin, una joven de mirada pícara y atrevimiento inimitable con un estilo de “Alicia en el país de las maravillas”. Es tan delicioso, que si tuviera una hija, de unos 20 años, ésta seria su fragancia ideal. Quizás así, se perpetúe esa cualidad de amor fraternal que a esta firma tanto le gusta imprimir a sus perfumes.
