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¿LOS COSMÉTICOS TIENEN FECHA DE VENCIMIENTO?

Sí, y todo aquel que se precie de ser un buen producto de belleza debe tener un símbolo: un tarrito con una tapa abierta que indica la fecha límite para hacer uso del artículo sin riesgos.

El propósito, es informar que los cosméticos también caducan y que de usarlos “vencidos” podrían causar posibles reacciones cutáneas. Al estar formulados con ceras, aceites y otros componentes se alteran con el paso del tiempo, perdiendo su efectividad y sus propiedades.

Asimismo, pueden descomponerse si no se guardan de la manera adecuada. Así que haz un inventario de tus cosméticos y fíjate cuál puedes seguir usando y cuál debes desechar.

Aquí tienes algunas sugerencias para consérvalos.

è En líneas generales, los productos líquidos y cremosos duran entre un año y medio y dos, y los que son en polvo, pueden durar hasta cinco años.

è Las bases y cremas vencidas suelen dividirse. Los labiales, las sombras de ojos y el delineador pueden fracturarse o secarse. Las mascaras de pestañas también se secan.

è Un cosmético vencido cambia de consistencia, textura, olor (rancio) o color (ocre, amarillento). Deséchalo aunque aún no esté vencido.

è Si por error lo aplicas, puede producir algún tipo de alergia, como picazón, enrojecimiento o manchas.

è Mientras más humedad mantenga un producto, mayor cantidad de bacterias alberga; por lo tanto, menos duración tiene.

è Una vez que los productos comienzan a ser utilizados entran en contacto con el aire, lo que puede ocasionar su oxidación.

è Para que se no contaminen recuerda tener las manos limpias al momento de usarlos, y cerrarlos perfectamente tras cada aplicación.

è No humedezcas con saliva los delineadores, ya que las bacterias de la boca los contaminarán.

è Los pinceles, esponjas y accesorios siempre deben estar secos y limpios, para que no ingrese ni agua ni suciedad al recipiente contenedor del producto.

è La humedad, el calor y el frío excesivo aceleran el deterioro de estos productos. No los guardes en el baño, ni en la nevera, y menos en la guantera del carro. Tampoco los expongas al sol.

Artículo publicado en el suplemento EL PLACER DE LA BELLEZA noviembre 2010