jueves, 7 de abril de 2011

PIEL

Piel joven = cutis saludable

La mayoría de los adolescentes presenta problemas en la piel de su rostro, los cuales deben ser tratados a tiempo para evitar un mal mayor. A continuación, algunas recomendaciones para combatir estas dificultades que restan atractivo y salud en esta importante etapa de su vida.








A partir de los 12 años, la piel del rostro se convierte en el espejo más elocuente de la revolución hormonal que sufre el organismo. ¿Quién no recuerda lo que significó en la adolescencia la aparición de imperfecciones en el rostro y todo lo que eso implicaba?
Definitivamente, la piel abandona la tersura de bebé para dar paso a una serie de cambios. Durante este período, las afecciones más comunes que se presentan giran en torno a las glándulas sebáceas.
Por eso, es común que abunden las pieles grasas, seborreicas, con acné (en rostro, espalda y cuello), con brillos molestos, puntos negros y granitos. Estos cambios generan la necesidad de recurrir a cuidados especiales para reducir los efectos.


La higiene y los cuidados en casa son el primer paso. Para lucirla fresca y vital en todo momento, lo mejor es seguir las recomendaciones básicas de los dermatólogos:
1. Rutina de limpieza diaria: limpiar, tonificar e hidratar son pasos que se deben llevar a cabo en la mañana y en la noche con lociones adecuadas para éste tipo de piel. Deben usarse geles, espumas livianas o jabones líquidos especiales, o de pH neutro, y aplicar luego tónicos astringentes. Las cremas hidratantes se recomiendan en forma de gel y libres de aceite. Asimismo, se aconseja exfoliar la piel, con productos que contengan ácido salicílico, ya que resultan útiles no solo para frenar la aparición de acné, y eliminar células muertas, sino también para incrementar la regeneración de células epidérmicas.
2. Limpieza profunda de cutis. Por lo general, cuando existen puntos negros o granitos, se suele traumatizar la piel con los dedos o con objetos punzantes. Lo recomendable es extraer estas impurezas por medio de una limpieza especializada, en donde, con instrumentos adecuados, se prepare la piel con vapor, masajes y pulidos, que abran los poros para limpiar los comedones.
3. Tomar sol con precaución: Los dermatólogos recomiendan no exponerse al sol cuando hay puntos negros, ya que su acción derrite el sebo y lo multiplica. Si se tiene una piel grasa, se debe usar protectores solares en base a gel.
4. Buena alimentación: para cuidar la piel y controlar el exceso de grasa es fundamental seguir una dieta balanceada. Se recomienda incluir alimentos que contengan Omega 3, porque regula el sebo (soja, pescado azul, germen de trigo, etc.). También son ideales los alimentos ricos en zinc (apio, cereales, mariscos, pollo, espárrago); igualmente, se debe evitar, en lo posible, el consumo de alimentos de origen animal grasos y optar por las verduras, frutas e infusiones depurativas para eliminar toxinas. De igual forma, ayuda muchísimo el consumo de agua a diario porque purifica la piel.


Mantener un cutis sano es una tarea que se inicia desde muy joven, antes de que el cutis empiece a cambiar. Si se tiene una adecuada rutina de limpieza y cuidado facial, los cambios hormonales propios de la edad no afectarán tanto como sí lo hará el tener un rostro con impurezas.


Artículo redactado por Carolina Carrillo publicado en el suplemento EL PLACER DE LA BELLEZA febrero 2011

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